Ceramic
En el departamento del Tolima, dentro del valle del río Magdalena, se encuentra un territorio en el que la magia del barro y los colores se combinan para dar vida a una cerámica llena de historia, La Chamba. Desde hace más de trescientos años los habitantes de esta zona del país se han dedicado a la alfarería transmitiendo sus conocimientos de generación en generación. Los primero pueblos que habitaron la zona fueron los Poinco o Yarapogo de la cultura Pijao, quienes plasmaron las formas de las piezas y la utilización de la técnica de engobe con barro rojo que han sido acogidas y conservadas hasta el día de hoy. Sus artesanos convirtieron en tradición el trabajo del barro y la creación de piezas que llevan consigo la historia y la cultura de una región típicamente artesanal. Su talento y dedicación se ve reflejado en cada objeto que realizan, una comunidad dedicada en su mayoría al arte de la alafarería que ha logrado posicionarse a nivel nacional e internacional mediante el trabajo que realizan a diario.
Introducing · ROSA SALAZAR
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La cerámica de está región está íntimamente ligada con las mujeres
Ellas son quienes con sus manos y alma logran darle vida al barro. Un material noble recolectado de las profundidades de la tierra que logra conectar la energía de la madre tierra con la de las mujeres que habitan la zona. Estas mujeres plasman su esencia y alma en los objetos que moldean dotandolos de una única belleza. El proceso para obtener una pieza de Mengunate comienza de la mano con los hombres de la comunidad quienes se encargan de realizar el viaje a las minas y a algunos yacimientos para extraer la arcilla y prepararla. La cerámica que utilizamos es el resultado de la combinación de tres tipos de barro; liso oscuro, arenoso gris y arcilla roja. Lo siguiente es el proceso de preparación o moldeamiento de las piezas que se caracteriza por ser hecho a mano y utilizando pocas herramientas desarrolladas por los mismos artesanos. Para los acabados, es utilizada la técnica del ‘’bruñido’’ (darle brillo a la cerámica) y el ‘’baranizado con barro rojo’’ que son las que caracterizan a la región. Luego de esto, las piezas son quemadas en hornos hechos de barro a temperaturas entre los 700c y 750c por dos o tres horas y se procede al ahumado para obtener el color negro. Un proceso que requiere de la virtud de la paciencia y la dedicación en alineación y respeto con los saberes de la tierra, el cual tiene como resultado el nacimiento de piezas de arte que reflejan la energía femenina y la tradición de los pueblos amerindios que alguna vez habitaron nuestros territorios. Un proceso que Menguante honra y visibiliza mediante las piezas que fueron pensadas, diseñadas y creadas para evolucionar hacia una tradición innovada.