Pienso en los inicios del proyecto y me transporto a un recuerdo específico, un workshop realizado en la fábrica de Gandía Blasco en España en el marco de mi paso por el Máster March, este fue el primer ejercicio enfocado al mundo de diseño de producto partiendo de los conocimientos en arquitectura.

Se abrió ante mí un nuevo mundo: la relación que existe entre estos está directamente entretejida, la libertad creativa debe abordar cualquier tipo de reto proyectual a cualquier tipo de escala, aprender que el oficio principal debe estar centrado en crear.

La creatividad no consiste en la perfección. Se trata de abrazar el proceso de experimentación y descubrimiento. Menguante nace de la disposición de retar el status quo, de establecer un nuevo “savoir faire” en el mundo de la iluminación.

En un principio el propósito fue crear elementos que acompañaran la arquitectura y cómo atrapar la luz en ellos. El interés por desarrollar atmósferas particulares y el uso de elementos más cercanos al arte que al diseño industrial fueron los principios para concebir los primeros prototipos.

En relación a esto recibimos una gran noticia al ser nominados a Iconos del Diseño de La Revista Architectural Digest, que ha sido un valioso recurso para mí como arquitecto y diseñador, ya que me ha proporcionado inspiración, información, conocimientos y novedades del sector.

Hoy se comprueba de alguna forma que podemos aplicar los conceptos creativos y ejecutarlos a cualquier escala, la nominación como finalista de la décimo novena edición de Iconos del Diseño en la categoría de diseño de objetos es un reconocimiento al ejercicio de rescatar la tradición y llevarla al mundo de la innovación. 

Desde su inicio, Menguante ha involucrado a las familias artesanas en el proyecto, construyendo un proceso verdaderamente colaborativo que honra y revitaliza sus técnicas ancestrales. El proceso creativo entre Menguante y los artesanos genera resultados potentes, consiguiendo lo máximo con lo mínimo, llegando a simplificar la expresión del producto en un minimalismo coherente, encontrando la armonía que luego está implícita en el objeto.

Para mí la relación entre arte e industria es un campo con gran potencial. Creo que ambas disciplinas pueden aprender mucho la una de la otra, y que juntas pueden crear productos que sean tanto estéticos como funcionales. “El diseño debe ser innovador, útil, honrado, pero sobre de silencio. El diseño debe ser coherente hasta el último detalle” (Pioneros del Diseño, Fran Silvestre, 2016).